(EL ARTE NOS SALVA). JOSÉ ZORRILLA.DON JUAN TENORIO ACTO IV. ESCENA. III. COMIENZO.
Description
"José Zorrilla y Moral (Valladolid, 21 de febrero de 1817-Madrid, 23 de enero de 1893) fue un poeta y dramaturgo español, autor del drama romántico Don Juan Tenorio.
Vallisoletano, era hijo de José Nicomedes Zorrilla Caballero, un hombre conservador y absolutista, seguidor del pretendiente Carlos María Isidro de Borbón y relator de la Real Chancillería. Su madre, Nicomedes Moral, era una mujer muy piadosa. Tras varios años en Valladolid, la familia pasó por Burgos (donde fue nombrado gobernador el padre)1 y Sevilla para al fin establecerse, cuando el niño tenía nueve años (1827),2 en Madrid, donde el padre trabajó con gran celo como alcalde de casa y corte y superintendente de policía a las órdenes de Francisco Tadeo Calomarde y el hijo ingresó en el Seminario de Nobles, regentado por los jesuitas; allí participó en representaciones teatrales escolares y aprendió bien el italiano:
En aquel colegio comencé yo a tomar la mala costumbre de descuidar lo principal por cuidarme de lo accesorio y, negligente en los estudios serios de la filosofía y las ciencias exactas, me apliqué al dibujo, a la esgrima y a las bellas letras, leyendo a escondidas a Walter Scott, a Fenimore Cooper y a Chateaubriand y cometiendo, en fin, a los doce años, mi primer delito de escribir versos. Celebráronmelos los jesuítas y fomentaron mi inclinación; dime yo a recitarlos imitando a los actores a quienes veía en el teatro, cuando alguna vez iba al del Príncipe, que presidían entonces los alcaldes de casa y corte, cuya toga vestía mi padre; híceme célebre en los exámenes y actos públicos del Seminario, y llegué a ser galán en el teatro en que se celebraban estos y se ejecutaban unas comedias del teatro antiguo, refundidas por los jesuítas; en las cuales, atendiendo a la moral, los amantes se transformaban en hermanos, y con cuyo sistema resultaba un galimatías de moralidad que hacía sonreír al malicioso Fernando VII y fruncir el entrecejo a su hermano el infante Don Carlos, que asistían alguna vez a nuestras funciones de Navidad. Don Carlos enviaba a sus hijos a nuestras aulas y a cumplir con la iglesia en nuestra capilla; a la cual había enviado Su Santidad Gregorio XVI su bendición y los cuerpos de cera de dos santos jóvenes mártires, degollados en Roma, [...] cuyas figuras degolladas me daban a mí tal miedo, que no pasé jamás de noche por delante de la capilla en cuyos altares laterales yacían."(Wikipedia).
Post your comment
